El viernes, 25 de mayo, fueron programados los actos colegiales a los que se pretendía dar mayor relevancia, por la calidad de sus protagonistas.
Así se comenzó entregando el título de Colegiados de Honor a los compañeros D. Enrique Pablo Boudet García, D. Juan Pablo Escudero Claramunt, D. Joaquín Guerrero Peyrona y D. Ignacio Ortega Maynar.
Este título, conforme al artículo 46 del Estatuto de nuestro Colegio, es concedido a los compañeros que han permanecido inscritos como abogados en este colegio durante al menos cincuenta años, siempre que en su expediente no conste sanción. Ello conlleva toda una vida dedicada a la profesión —tan difícil como ilusionante— sin tacha.
Damos la enhorabuena a estos cinco compañeros, agradeciéndoles su gran ejemplo como abogados. Un espejo en el que quienes vamos por detrás deberíamos mirarnos.
De izquierda a derecha: D. Enrique Pablo Boudet García, D. Juan Pablo Escudero Claramunt, D. Antonio Morán Duran (Decano), D. Joquín Guerrero Peyrona y D. Ignacio Ortega Maynar.
Se continuaba la mañana del viernes, 20 de mayo, con el acto solemne de entrega de la Cruz Distinguida de 1ª Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafoirt concedida por el Ministerio de Justicia a nuestro compañero y Decano de este colegio desde 2008 a 2012, D. José Ignacio Gutierrez Arrudi.
Era impuesta dicha medalla por el también Decano y Presidente del Consejo General de la Abogacía Española, hasta este mismo año 2016, D. Carlos Carnicer Diez.
A continuación, por el Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Bizkaia, D. Carlos Fuentenebro Zabala, en representación del Consejo General de la Abogacía Española, se le impuso la Cruz del Mérito en el Servicio de la Abogacía, concedida por el Consejo General, a nuestro compañero D. Fernando Zamora Martínez.
Y, como colofón de esa mañana, se imponía la Medalla al Mérito concedida por este Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza, al abogado D. Miguel Angel Camarero Charles. Es impuesta por nuestro Decano, D. Antonio Morán Durán.
Sin duda los tres compañeros distinguidos son merecedores de las medallas concedidas por su trayectoria como abogados, su dedicación personal mediante su participación como miembros de las instituciones colegiales, en los distintos cargos que han ocupado, a la defensa de los derechos y libertades de los ciudadanos, así como principalmente, a la defensa de la profesión de abogado, su papel en la sociedad y la dignidad que la toga merece y requiere.
Desde estas líneas queremos reiterar nuestra más sincera felicitación a los tres compañeros distinguidos.