Una de las Medallas al Mérito del Real e Ilustre Colegio de Abogados recaía este año en la Policía Nacional que celebra el 200 aniversario de su creación. “Se trata de una institución muy ligada a la administración de Justicia y a la Abogacía en su labor y compromiso con la defensa de los derechos ciudadanos. Tenemos el objetivo común y compartido de la defensa y seguridad de nuestros conciudadanos”, indicaba el decano Antonio Morán.
Un papel que también recalcaba Florentino Marín Parra, jefe Superior de la Policía Nacional en Aragón, “somos dos instituciones con un papel fundamental, todos trabajamos por una sociedad más justa y por hacer que la justicia llegue a todos los ciudadanos”. Marín Parra explicaba cómo el hecho de que el Colegio de Abogados de Zaragoza haya cumplido 625 años y 200 el Cuerpo Nacional de Policía, se “explica por la capacidad de adaptaciones de los retos que se han planteado en cada época histórica y a la probada utilidad para la ciudadanía. Los de hoy vienen de la mano de la aparición de determinados tipos de violencia”. Para el Jefe Superior de Policía Nacional en Aragón, “no podemos relajarnos con esta responsabilidad hacia los ciudadanos, cuanto más trabajemos en alcanzar valores como la justicia y la seguridad tendremos una sociedad mejor”.
Por su colaboración con el Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza en demostrar, con rigor histórico, que se trata del colegio de abogados más antiguo de España con sus 625 años, también recibían la Medalla al Mérito el catedrático emérito de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza, Guillermo Fatás y el doctor en Historia Moderna de la Universidad de Zaragoza, Francisco José Alfaro.
Guillermo Fatás aseguraba que se trata de una distinción “muy sorprendente”, aunque su vinculación con el Colegio de Abogados y la Abogacía viene de lejos. Por un lado, tiene una vinculación familiar al ser hijo de abogado. Por otro, “me he sentido muy cercano a la profesión tras haber estudiado en profundidad el Derecho Romano”, además de por el significado histórico de las togas porque “la gran significación que los romanos dieron al ejercicio de la retórica jurídica y al conocimiento de las leyes no tiene parangón con nada”, ha explicado.