La culpa es de Titivillus
Pedro Galán Carrillo. Abogado.

Suele decirse que el diablo está en los detalles. Titivillus era un diablillo medieval al que los monjes y copistas medievales achacaban los despistes en sus transcripciones. El diablillo fue sucedido por los duendes de la imprenta y desde entonces les echamos a ellos las culpas de las erratas. Ahora los correctores automáticos de los procesadores de texto y de las aplicaciones de mensajería nos facilitan la vida pero nos hacen decir más de una vez lo que no quisimos o lo que ni tan siquiera pensamos. Cuando me sucede esto pienso en desactivar esta función y al final nunca lo hago, y es que el corrector automático viene realmente bien. En otras ocasiones parece que los correctores nos lean el pensamiento. Sigmund Freud hablaba de los actos fallidos para referirse a aquellos actos materiales que escapan de la conciencia y que aportan información del inconsciente. Algo de esto parece haber en algunas de las erratas que traemos a continuación.

El Conejo General…

Esta errata apareció en la base Decimocuarta de un Acuerdo de 3 de marzo de 2015, de la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial.

…del Joder Judicial

Y, como dirían los enólogos, la errata anterior marida a la perfección con esta otra, de 14 de septiembre de 1984. Hay que irse a la antefirma para encontrar el acto fallido.

La conejera de Educación

Más gazapos, que son un tipo de conejos. Esta es una pieza cobrada en el BOA de 9 de junio de 2015. La Orden de 18 de mayo de 2015, de la Consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deporte derogaba una Orden de la “Conejera de educación, Universidad, Cultura y Deporte” de 13 de febrero de 2014. A saber en qué estarían pensando porque coloquialmente una conejera es una “casa donde se suele juntar mucha gente de mal vivir”. O al menos eso señala el Diccionario de la Real Academia Española en la acepción 6 de esta palabra. Dicen que las mejores acepciones del DRAE vienen a partir de la tercera.

El culo como medida temporal

Esta peculiar unidad de medida temporal (ni día, ni mes, ni año) apareció en una Resolución de 10 de febrero de 2021, de la Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública (la vieja DGRN) para referirse nada menos que al cierre registral para el caso de no depositarse las cuentas anuales. “Transcurrido un culo…”

Donde dice: “Digo”, debe decir: “Diego”

No creo que la errata fuera tal, sino que se hizo a propósito para poder insertar esta espectacular corrección de errores aparecida para subsanar una Resolución de 5 de septiembre de 2020.

La vida no nos da para más

Este sonado error del Boletín Oficial de Aragón apareció en la Orden AGM/21/2023, de 16 de enero, del Consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente. Se indicaba qué documentación había que aportar para justificar una subvención, entre la que estaba una memoria de la actuación. La corrección de errores fue más aséptica, pero así pudimos enterarnos de la autoría femenina y colectiva de la orden a pesar de la firma masculina: “(explicar vosotras aquí algo más, decidir si hacemos también modelo de este apartado o la vida no nos da para más)”.

Cuando los duendes nos hacen caer al suelo

Finalmente, este error se coló en una sentencia de la Sección Segunda de Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Aragón de 19 de abril de 2004. Se dedicaba la Sala en el Fundamento Jurídico Cuarto a discernir la adecuación o no de una pregunta en una oposición haciendo sutiles distinciones entre adverbios de negación, participios pasivos irregulares, infinitivos… pero deslizó un sangrante “cupiendo” como gerundio del verbo “caber” en el Fundamento Jurídico Tercero. Ay los duendes…

Confío en que por una vez los espíritus de la imprenta sean indulgentes y no nos hayan colado ninguna errata, ni a mí ni al maquetador. Y si las hay, les echaremos la culpa a ellos… o a Titivillus.