Ciclo de Cine Jurídico:
Responsabilidad civil y cine
José Luis Artero Felipe. Abogado REICAZ. Crítico de cine.

Hace ya algún tiempo que, desde la Comisión de Formación del REICAZ, se venía estudiando la posibilidad de programar un “ciclo” de cine jurídico. En lugar de la proyección de diversas películas de forma independiente o sin relación directa entre ellas, pensábamos en recurrir a varios títulos que presentasen una ilación lógica, es decir, unidos por un común denominador. De este modo, se propuso el visionado de una serie de tres películas, sugiriendo diversos temas como las herencias, la mediación/negociación, el cine “carcelario”, etc. acordando finalmente dedicarlo a la responsabilidad civil. Una vez más se demuestra que Cine y Derecho siguen poseyendo muchos elementos en común; ambos son poderosos lenguajes, y comparten textura dramática, como ha señalado el fiscal TORRES – DULCE.

Consecuentemente, las sesiones se celebraron los días 8 de noviembre, 13 de diciembre 2024 y el pasado 14 de febrero (que fue trasladada desde el día inicialmente previsto, el 17 de enero, al coincidir con el solemne acto de toma de posesión de los miembros de la Junta de Gobierno del Colegio). Como siempre, al final de cada uno de los largometrajes, se dio paso al habitual coloquio entre los numerosos asistentes a quienes expresamente transmito mi agradecimiento por su presencia y sus interesantes aportaciones. Las películas elegidas y los ponentes de las mismas fueron los siguientes:

1ª Sesión: 08 de noviembre 2024. “Acción Civil” (A civil action); Steve Zaillian (1998)

Protagonizada por John Travolta (quien interpreta al engreído y ambicioso abogado Jan Schlichtmann), está basada en una novela de Jonathan Harr, quien a su vez se inspiró en un caso real, sucedido en la década de 1980 en Woburn en el Estado norteamericano de Massachusets.

Se trata de un litigio sobre la contaminación de las aguas y pozos acuíferos con un producto muy tóxico (el tricloroetileno) por el que se responsabiliza a dos empresas, Beatrice Foods y W.R. Grace and Company, dedicadas a la curtiduría de pieles. El envenenamiento de lagos y ríos podría ser el responsable de diversos casos de cáncer y leucemia. El bufete de Jan decide aceptar el caso tras la denuncia de una mujer cuyo hijo ha fallecido. En un principio el egocéntrico Letrado ignora y desprecia a las víctimas hasta que se percata de que puede obtener una elevada minuta si asume hacerse cargo de la reclamación.

Nuestra compañera, Sagrario Valero, presidenta de la Sección de Responsabilidad Civil del REICAZ fue la ponente en esta primera sesión, explicando las líneas maestras de este tipo de procedimientos y demandas colectivas en los Estados Unidos. Así, debemos considerar que en esta clase de litigios puede intervenir un Jurado (pese a no corresponder estrictamente a la jurisdicción penal), lo que incide decisivamente en la forma de presentar el caso, y con el importante componente emocional que entraña. Por otra parte, se diferencia entre la mera indemnización y lo que se denomina daños punitivos que pueden alcanzar cifras elevadísimas, aún de millones de dólares.

El antagonista de Schlichtmann, el veterano abogado y catedrático de Derecho Civil, Jerome Facher (Robert Duvall, que fue candidato al Oscar por este papel), propondrá un generoso acuerdo, que es rechazado de plano por el representante de los afectados. Se trata, precisamente, de otra de las particularidades de estas “acciones civiles”, en las que se celebran vistas preliminares o preparatorias, diversas declaraciones en que asisten las partes y testigos, promoviéndose alguna negociación que evite los cuantiosos gastos del pleito. Y, en su caso para la empresa, el baldón de una posible condena, sus gravosas repercusiones económicas, y de publicidad negativa como explicó la ponente.

Llama poderosamente la atención cómo Facher, en una de sus clases en la prestigiosa Universidad de Harvard va desgranando todos los errores que un abogado debe evitar cometer en la práctica forense y el hecho de que, el demandante, orgulloso y obstinado, (aunque también se ha ido identificando con las víctimas) incurre sucesivamente, en uno tras otro (vg. “nunca preguntes nada a un testigo si no estás totalmente seguro de lo que te va a contestar” o “se pierden más juicios por orgullo o prepotencia que por la falta de razón”; dos frases que, desde luego, invitan a la reflexión). Por otra parte, el pequeño bufete que dirige Jan Schlichtmann va quedándose sin recursos debido a la contratación de peritos y técnicos (incluso geólogos) así como los gastos que entraña la investigación, hasta el punto de llegar a una situación desesperada para los propios socios que comprometen y empeñan sus patrimonios personales.

La película nos demuestra que, en ocasiones, la verdad (que a menudo no tiene nada que ver con lo que se demuestra o se establece en un juicio) es como una manta que nunca te tapa del todo y siempre te deja los pies fríos.

2ª Sesión: 13 diciembre 2024. “Aguas oscuras” (Dark waters); Todd Haynes (2019)

Como explicó el magistrado Luis Gil – Nogueras, esta película guarda relación con Acción Civil, en la medida que también se basa en un supuesto de contaminación de recursos hídricos, como expresamente alude su título. Se inspira en un artículo publicado por el periódico New York Times en 2016 que podríamos traducir como “El abogado que se convirtió en la peor pesadilla de DuPont”, nombre de la empresa demandada.

En este caso, el abogado Robert Billot (al que encarna otro extraordinario actor como Mark Ruffalo) trabaja en una firma colectiva, y tras la denuncia de un agricultor, comienza a investigar una cadena de muertes de reses y animales de granja, provocadas en apariencia por los vertidos de químicos por parte de la empresa Dupont en un pequeño pueblo del Estado de Virginia. Al parecer en la fabricación de teflón se habría utilizado un componente llamado PFOA o C8 altamente contaminante y que podría haber llegado al agua para consumo humano.

La investigación se prolongó a lo largo de varios años, en concreto más de una década. La película (rodada en un tono crepuscular, con un cielo siempre nuboso e igual de oscuro que el agua, recurso cinematográfico que destacó el ponente) plantea el elevado coste, no solo económico sino emocional que, como hemos visto, puede ocasionar este tipo de procedimientos. En efecto, Billot sufrirá una especie de colapso como consecuencia de la tensión y la angustia, a lo que se une una crisis en su matrimonio con Sarah (una contenida Anne Hathaway). Por si ello no bastase, deberá enfrentarse a uno de sus socios, debido a las implicaciones éticas, morales y deontológicas que le plantea el asunto, aceptando un severo recorte salarial como consecuencia, una vez más, de los gastos que el proceso está ocasionando a Taft, Stettinius & Hollister.

Esta acción colectiva llegó a implicar a casi 4.000 demandantes, muchos de los cuales acabaron desistiendo o aceptaron alguna clase de (modesto) acuerdo. Por el contrario, Billot se mantuvo firme con los restantes y en 2015 cerró tres importantes acuerdos que reportaron casi 671 millones de dólares a sus representados.

(L to R) Tim Robbins as "Tom Terp", "Anne Hathaway as "Sarah Barlage" and Mark Ruffalo as "Robert Bilott" in director Todd Haynes' DARK WATERS, a Focus Features release. Credit : Mary Cybulski / Focus Features

Como advirtió el magistrado ponente, estas negociaciones habían concluido pocos años antes de que se rodase la película; de hecho, parte del litigio aún pervivía y la empresa DuPont (surgida de la inicial DowDupont) sufrió fuertes caídas en Bolsa, planteándose incluso el inicio de acciones legales contra la productora del largometraje.

En palabras de Rafael de MENDIZABAL, magistrado del TC, las indemnizaciones por daños y perjuicios, impuestas con carácter punitivo a grandes compañías han dado muy buen juego. De ello constituyen buena muestra, además de las películas proyectadas, “Veredicto Final” (Sidney Lumet, 1982) (que ya vimos en una sesión de cine forense en el REICAZ) o “Erin Brokovich” (Steven Soderbergh, 2000) caso real en el que intervinieron un abogado y una “intuitiva iletrada” (interpretada por Julia Roberts, ganadora del Oscar por este papel) quienes consiguieron la mayor indemnización lograda hasta entonces, unos 350 millones de dólares (precisamente por otro caso de contaminación de aguas subterráneas).

3ª Sesión: 14 febrero 2025. “Legítima defensa” (The Rainmaker); Francis Ford Coppola (1997)

En esta ocasión, el largometraje elegido se basa en una obra del aclamado escritor John Grisham (nacido en Arkansas en 1955), autor de 46 novelas, además de varios cuentos infantiles, que según algunas fuentes ha vendido más de 300 millones de ejemplares. En efecto, muchas de sus tramas han sido llevadas al cine, abarcando casi todas las áreas posibles del Derecho. Así, tenemos casos de fraude en los grandes despachos (La tapadera (1991), y aún de corrupción judicial (El soborno (2016), litigios y reclamaciones sucesorias (El testamento (1999), La herencia (2013), o que plantean la eterna polémica existente en Estados Unidos sobre la aplicación de la pena de muerte (Cámara de gas (1994) y de la institución del Jurado (El Jurado (1996). Por otra parte, Grisham nos ha legado protagonistas femeninas (El cliente (1993), o de color (El informe pelícano (1992), sobre una interesante conspiración política).

Como en todas las adaptaciones precedentes, “Legítima defensa” cuenta con la dirección de un extraordinario cineasta, en este caso, Francis Ford Coppola, (galardonado con 5 Oscar), en una película considerada de encargo o meramente “alimenticia”, en la carrera de un realizador que ha filmado indiscutibles obras maestras, como las tres entregas de la saga El Padrino (1972, 1974 y 1993), Apocalypse Now (1978) y Drácula (1992).

Asimismo, otra de sus características es la presencia de repartos corales con grandes actores y actrices. En este caso, con Matt Damon (en el papel del joven abogado Rudy Baylor), secundado por Jon Voigth, Claire Danes, Danny de Vito, Virginia Madsen, Mickey Rourke…

En “Legítima defensa” encontramos todos los argumentos recurrentes en la obra de John Grisham (quien recordemos que ejerció como abogado, desengañándose pronto de la profesión), como son los problemas económicos de los letrados cuando comienzan, la exigencia del examen de ingreso en el Colegio de Abogados – en este caso de Memphis – (Baylor ha superado las asignaturas más difíciles y ha dejado las más asequibles para el final, lo que le deja una cierta tranquilidad), la prepotencia de las grandes compañías y de quienes las representan, pertenecientes a grandes bufetes que “facturan 1000 dólares por hora”, la mala praxis por parte de algunos compañeros, expertos en leyes pero solo para saltárselas y la siempre delicada relación entre los litigadores y los jueces.

El título original tanto de la novela como de la película, “The Rainmaker” (literalmente el “fabricante de lluvia”) hace referencia a una especie de “cuerno de la abundancia” de la doctrina del “deep pocket” o “bolsillo profundo”, que se busca en este tipo de procedimientos, en que se demanda a empresas que pueden ofrecer una cuantiosa indemnización, como acertadamente aclaró en el coloquio uno de los compañeros asistentes.

El largometraje desarrolla tres tramas paralelas que terminarán confluyendo. La principal es la reclamación a una compañía aseguradora llamada Great Benefit que se niega a sufragar los gastos de la leucemia que padece el joven protagonista, pese a que su madre ha abonado puntualmente todas las cuotas. Por otra parte, se adentra en el tema de los malos tratos a través de una chica ingresada en el hospital tras una brutal paliza por parte de su marido. Y, por último, una anciana que quiere excluir de su herencia a sus egoístas y codiciosos hijos; en este caso se trata de una última exigencia universitaria que consiste en prestar asistencia jurídica gratuita a personas de la tercera edad.

Como en todas las novelas de Grisham, “Legítima defensa” plantea un interesante y acertado retrato de la abogacía norteamericana y, en particular, de los riesgos de una excesiva implicación entre letrado y cliente, relación que, preferiblemente, debe ser estrictamente profesional y no personal o emocional. Pero como nos recuerda Rudy Baylor “hay muchas clases de abogados y muchas clases de clientes”

Bibliografía citada

MENDIZABAL ALLENDE, Rafael de: “Cine y Derecho. Togas en la gran pantalla”. Editorial Almuzara, 2021.

PEREZ MORAN, Ernesto – PEREZ MILLAN, Juan Antonio: “Cien abogados en el cine de ayer y de hoy”. Ediciones Universidad de Salamanca, 2010.

WIKIPEDIA, Voces “A civil action” y “Aguas Oscuras”