Una excelente fotografía y de nuevo otro irrepetible espectáculo tras la progresiva reducción de carriles, la drástica represión al tráfico privado (que en mi opinión contribuye a la degradación de los cascos históricos aunque la vista no sea en absoluto agradable) y la posterior peatonalización de la calle.
Una vez puesto el edificio en contexto histórico y urbano, pasamos a su inauguración como Colegio de Abogados en 1991.
Según refiere el Boletín colegial núm. 117, de 1 de abril de 1990, la decisión de adquirir el edificio se adoptó en una junta extraordinaria celebrada en diciembre de 1987. En julio de 1988 se otorgaron las escrituras de compraventa y de formalización de un préstamo con garantía hipotecaria, tomando el colegio posesión del inmueble en mayo de 1989. Continúa la Memoria del Decano:
Tras la toma de posesión, la Junta de Gobierno, comenzó a estudiar y tantear la realización de unas mínimas obras de reforma y acondicionamiento, que se estimaban necesarias para el traslado y establecimiento de la sede colegial. Mas la singularidad y calidad del edificio, la responsabilidad de la más adecuada conservación del inmueble y la consideración de la categoría y rango de nuestra corporación, determinaron que la junta decidiese, previa selección, designar un arquitecto de alta especialización, para hacer un estudio del edificio (del que ha resultado bien acreditado, el acierto y oportunidad de su adquisición) y la preparación de un Proyecto marco fijando las obras y reformas a llevar a cabo, en una o varias etapas, con acomodación por otra parte a las rigurosas normativas municipales.
Conocidas con certeza las obras e instalaciones a llevar a cabo en la reforma y adecuación de las tres primeras plantas alzadas (las que se ocuparán por el momento), así como su importe, se incluyó éste en la partida de gastos del Presupuesto General del Colegio para 1990 que, elaborado por la Junta de Gobierno, fue objeto de aprobación en la última Junta General celebrada por la Corporación en el curso del mes de diciembre de 1989.
Se está trabajando con intensidad por los diversos gremios que intervienen en las obras, hallándose prevista la terminación de las mismas en el curso del próximo mes de abril.
Quedará así colmada una aspiración de muchos decenios y el Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza contará, al fin, con sede propia.