Lidia Marina Romero.
Dicen que Zaragoza te acoge, que es una de esas ciudades que sin importar de donde vengas, te sientes como en casa, ya sea por su carácter hospitalario, Zaragoza atesora en sus gentes una riqueza que para el que no ha vivido aquí se habitúa fácilmente.
Su tierra se crea con sus gentes, amables, con encanto, dispuestas a ayudar a cualquiera de los muchos turistas que vienen de fuera, no sólo de otras ciudades españolas, sino de Europa: franceses, belgas, ingleses, holandeses…que cuando preguntan por algún sitio que tengan que visitar te intentan responder de la mejor manera posible en el idioma del visitante e incluso casi te acompañan hasta el sitio por el que te están preguntando o como mucho te acercan hasta allí.
Ciudad de turismo religioso, cultural, deportivo, no es extraño encontrarte con algún actor que viene a representar su obra en el Teatro Principal, y te lo encuentras tomando algo por sus inmediaciones, porque la discreción y la libertad es otro de los puntos a favor que tiene la ciudad.
Algo parecido es lo que le pasó a Xavi Aguado, leyenda viva del Zaragoza cuando vino a parar aquí para hacer la mili, (obligatoria por aquel entonces) cedido de su equipo el Sabadell por aquel 1988.
Quién iba a decir que Zaragoza iba a unirle tanto, estudiante universitario, jugador profesional y luego gran empresario que forjó su pasión con transmitir a los más pequeños en su Campus todo lo que el fútbol le ha reportado a él y con más mérito si cabe por estar en medio de una pandemia que está afectando a todos los sectores.
Actualmente analista de partidos en Radio Marca y en las tertulias de Aragon Televisión.
Primera impresión que te dio Zaragoza
Los primeros recuerdos que tengo de Zaragoza es de muy pequeño cuando mis padres paraban siempre para ver la basílica del Pilar cuando íbamos de Badalona a Murchante (Navarra), el pueblo de mi padre, a pasar unos días. Me gustó desde que vine a hacer la Mili la hospitalidad y amabilidad de su gente con los forasteros, te hacen sentir como en casa y esto para mi fue un factor determinante para mi rendimiento a nivel deportivo. Ha sido clave en nuestra decisión de quedarnos a vivir para siempre en la capital el Ebro.
Qué te ha sorprendido más en todo este tiempo
Me sorprendió desde el inicio la capacidad de su gente para que la gente que venimos de fuera se integre en la sociedad de forma rápida. No me sentí nunca forastero en Zaragoza.
¿Te parece que valoramos lo que tenemos?
Ahí creo que falta valorar más lo que Aragón dispone en todos los aspectos y sobre todo el enclave donde se encuentra por su cercanía a las grandes ciudades. En menos de dos horas en coche puedes disfrutar de la nieve y la playa.
Qué le falta a tu modo de ver comparado con otras ciudades que hayas visitado
Creo que dispone de lo mismo que las grandes ciudades en tema de servicios y con menos tráfico de coches que para mi es un tema prioritario. Solo quitaría ese cierzo que incomoda algunos días jajaja
En este tiempo tan delicado y especial con la situación socio-sanitaria que tenemos ahora mismo, ¿hay algo que destacar que te haya sorprendido?
Zaragoza cuenta con un personal e instalaciones sanitarias muy buenas. Afortunadamente hasta el día de hoy las hemos tenido que visitar poco pero en esas situaciones la atención y el servicio ha sido fantástico.
Aunque nació en Portugalete, Gaizka Urresti lleva muchos años trabajando en Aragón, su tierra de adopción que le ha visto crear y encumbrar grandes películas y proyectos y ahora mismo soportar una pandemia de la que todavía estamos recuperándonos en estos tiempos de querer hacer normalidad. “Abstenerse agencias”, “Por qué escribo”, “la mirada invisible” “Bendita calamidad” …y muchísimas más obras que le han dado este toque tan personal y característico que sólo se les concede a unos pocos.
Tras unos cuantos años en Zaragoza qué tal se ha adoptado desde su vida en Portugalete.
Yo viví hasta los 22 de años en Portugalete. Terminada la carrera me fui a Madrid donde monté mi productora y comencé a trabajar profesionalmente en el cine y la televisión. Estuve 15 años allí pero durante 12 de esos años venía casi todas las semanas a Zaragoza y desde el 2006 ya me asiento totalmente en la ciudad dejando mi oficina de Madrid y dedicándome enteramente al cine desde Aragón.
Una persona que se ha movido tanto como usted qué destacaría de la ciudad.
Después de mi experiencia de Madrid destacaría dos cosas: Es una ciudad cómoda en la que en menos de 15 minutos puedes estar en cualquier parte de la misma y en la que yo no empleo mucho tiempo en desplazamientos ni en ir a trabajar, algo desesperante en Madrid. Tengo mi productora a 50 metros de mi casa. Y luego es muy amigable. Es fácil estar en contacto con el círculo de personas que nos dedicamos a la cultura y hay un sentimiento de pertenencia y de identidad muy enriquecedor.
Venido de una de las cunas de la gastronomía por excelencia qué platos de la cocina aragonesa es lo que más disfruta y nunca pasa por alto.
Hombre, es un tanto tópico pero es cierto que el ternasco, cuando está en la carta de un menú siempre cae y luego aquí descubrí la borraja una verdura que siempre tenemos en casa y que todas las semanas comemos. Bueno, también están los vinos aragoneses de las cuatro denominaciones que son muy diversos y que siempre tengo en casa también.
En esta situación pandémica que estamos viviendo desde hace casi un año, qué medidas deberán tener de ahora en adelante para la realización de ficción, tests de PCR, antígenos, pruebas de antígenos, etc.
La verdad es que yo solo he rodado un corto desde que comenzó la pandemia, Sitiados para el largometraje de Aragon TV Reset. Como los actores es colectivo más expuesto, yo opté por hacer una historia personal protagonizada por mi familia que somos convivientes. Para los actores que no se pueden proteger con mascarillas cuando ruedan la escena, si es conveniente hacer test pcr. No obstante esto solo informa que en ese momento no tienen el virus y un rodaje se puede alargar 6 o 7 semanas por ello habría que acompañarlo con el aislamiento durante el rodaje de todo el equipo.
¿Cómo van a ser los rodajes a corto plazo?
Pues con las medidas de protocolo que consensuamos el sector. Mascarillas en el equipo, limpieza minuciosa del set de rodaje y del material, los departamentos más cerrados entre los miembros del equipo etc… En definitiva eso lleva a un sobre coste en la producción, no tanto por los materiales EPI y los test (que también) sino porque el tiempo necesario para tomar todas esas medidas ralentiza los rodajes.
¿Y las escenas más íntimas? ¿Algún protocolo especial?
Pues por un lado los guionistas, sobre todo de televisión, están limitando las escenas de contacto entre los actores pero, si es imprescindible para la historia una escena de ese tipo, pues no queda otra que hacer un test pcr para darles más confianza a los actores. Por ello, los productores pedimos a Sanidad que el colectivo de los actores fuera considerado prioritario para la vacunación porque ellos no se pueden proteger en su trabajo, ni en cine, ni en teatro.
¿Acabamos de crear una oportunidad a las plataformas digitales durante este período de pandemia para que se fijen permanentemente en nuestra vida y formen parte de nuestra cultura cinematográfica?
La verdad que uno de los sectores más beneficiados durante el confinamiento han sido las plataformas de televisión. Llevaban años creciendo, pero esta circunstancia tan especial de obligarnos a estar tanto tiempo en casa si poder de disfrutar del cine en el cine, ha disparado las suscripciones y el consumo. Ello nos demuestra algo que ya sabemos y es que la gente necesita que le cuenten historias siempre. No obstante, espero que cuando todo se normalice, el espectador regrese a las salas de cine porque la experiencia de salir de casa y ver en pantalla grande, rodeado de desconocidos esa historia es insustituible por la experiencia doméstica. Una película así es mejor película.
Además, la industria necesita de esa ventana porque, hoy por hoy, el retorno económico es mucho mayor que el digital.
Juan José Badiola, una de las personas más influyentes y sobresalientes que tenemos la suerte de contar en esta ciudad, y como pocos pueden presumir de atesorar en sus espaldas como catedrático de Patología Animal, director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad de Zaragoza y ex presidente de la Organización Colegial Veterinaria, Rector de la Universidad de Zaragoza de 1992 al 2000, uno de los expertos que ha formado el comité del Ayuntamiento de Madrid en la desescalada, colaborador del grupo de trabajo de la Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Zaragoza para analizar la evolución de la epidemia en la ciudad, y podríamos seguir largo y tendido ya que además ha sido galardonado con la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, fue nombrado Hijo Adoptivo de Zaragoza y galardonado con el premio Aragonés con Denominación de Origen.
Pero qué tuvo Zaragoza para retener en tan poco tiempo a este leonés, cuya cuna del bierzo dista tanto de este cierzo que nos acompaña, aunque no queramos.
Zaragoza es una ciudad extraordinariamente acogedora, que recibe siempre muy bien a los que vienen de fuera y que no rechaza a nadie, de lo que nuestra ciudad tiene una acreditada fama en toda España. Por ello, nadie se siente extraño en esta ciudad. Yo he vivido la mayor parte de mi vida en Zaragoza y me siento un zaragozano más. Zaragoza me ha dado todo lo que soy y yo estoy en deuda con ella. De todos los reconocimientos académicos y sociales que he recibido, del que me siento más orgulloso es el haber sido nombrado “Hijo adoptivo de Zaragoza”, por lo que entendí que la ciudad me acogía como uno de los suyos.
Una persona que ha viajado tanto por toda Europa (y cuando tampoco era lo habitual) qué es lo que más destacaría de la ciudad.
Viajar es una experiencia muy necesaria y formativa, de la que uno puede aprender mucho. Pero también aprendes a valorar lo propio y te das cuenta que no todo lo de fuera es mejor que lo nuestro. De hecho, Zaragoza es una ciudad marcadamente europea, moderna y con una larga historia. Además, es una ciudad laboriosa, alegre y llena de vida. Cuenta con una privilegiada situación geográfica y dispone de excelentes comunicaciones. Y algo importante, en lo que a mí se refiere, tiene una excelente universidad.
Como gran admirador de la gastronomía y la dieta mediterránea, quisiera saber qué platos de la cocina aragonesa es lo que más echa de menos cuando está fuera.
A mí me gusta de manera particular el ternasco aragonés cocinado de todas formas, me gustan también la repostería aragonesa y las excelentes frutas y verduras que se producen en Aragón.
Es inevitable preguntar con esta situación pandémica que estamos viviendo desde hace casi un año, qué medidas deberían fijarse en Aragón mientras duren las olas, y no haya inmunidad de rebaño, es decir, con qué criterios hemos de mentalizarnos durante un tiempo más bien a largo plazo.
La pandemia como tal afortunadamente tiene los días contados, puesto que como era de esperar cuando se dispusiera de vacunas y se lograra vacunar a una proporción importante de la población, el virus tendría serias dificultades para seguir contagiando a nuevas personas.
La efectividad de la vacuna, que es la única forma de controlar una epidemia de las características de la actual, ya ha quedado demostrada en países concretos como Israel y en el caso de España, en las residencias de mayores e incluso en la evolución de esta cuarta ola (quinta en Aragón), que está teniendo un alcance mucho más limitado que las anteriores, lo que ha sido debido en buena parte al progresivo incremento del número de personas vacunadas.
¿Cómo van a ser las ciudades del futuro a partir de esta pandemia? ¿Ha sido ésta la primera de otras muchas?
Debería aprenderse de las experiencias vividas en esta pandemia. En mi opinión debería tenderse a que las ciudades fueran menos verticales y más horizontales. Ello contribuiría a reducir la densidad de población, lo que reduciría las posibilidades de contagios en el caso de ocurrieran nuevas epidemias y eso es posible, puesto que ya ocurre en otros países del mundo. Ello sería muy factible en España, y en particular en Aragón en que contamos con un extenso territorio.
Esta pandemia no es la primera, puesto que ya han existido pandemias anteriores, pero tampoco será la última. Existen varios factores que podrían favorecer la generación de nuevas epidemias. Entre ellos el hecho de que vivimos en un mundo globalizado, con una movilidad cada vez más intensa y poco controlada, también los cambios climáticos que están influyendo en la biología de los agentes transmisores de enfermedades infecciosas y las agresiones medioambientales que se suceden provocando alteraciones de los ecosistemas. Estos factores junto a otros suponen un caldo de cultivo favorable para la movilización de patógenos responsables de epidemias.
Por ello, es urgente estar preparados en toda su extensión para afrontar esos eventuales nuevos desafíos y proteger a la población y a la economía de sus potenciales efectos adversos.
Y por último, siendo que gran parte de la población reside en los núcleos urbanos de las ciudades, ¿acabamos de crear una oportunidad para invertir el éxodo rural, y que tantas personas se planteen ahora volver al campo y cambiar así en su calidad de vida?
Creo que es urgente que se invierta la tendencia a la despoblación de muchas localidades del mundo rural, que en algunos casos se hallan en un estado agónico, en muchas partes de España, y en particular en Aragón. Creo que en efecto ahora es una buena oportunidad para propiciar ese cambio, y que los pueblos pueden ofrecer en muchos aspectos una mejor calidad de vida, puesto que cuentan con mejores comunicaciones y servicios, aunque en ese ámbito será necesario realizar sensibles mejoras, para hacerlos más atractivos.
Uno de los aspectos que más me llamaron la atención en mis viajes, por Europa, fue precisamente constatar que el mundo rural evidenciaba una notable vitalidad y que las casas de los pueblos estaban habitadas, incluso las que se hallaban fuera del núcleo urbano. Siempre me planteé que tenemos que hacer que eso sea también posible en nuestro país.