Jose Luis Torralba, Presidente Aula Vocal San Ivo.
Hace ya 25 años que nuestro Colegio de Abogados se desplazó a la localidad bretona de Trèguier, donde nació nuestro Patron San Ivo, para participar en el “Pardón”, sin duda la romería jurídica más importante del mundo en su honor. Basta recordar que entonces se desplazaron varios autobuses y se participó en la procesión, con el estandarte del Colegio a la cabeza y vestidos con nuestras togas para unirnos a otros Juristas venidos de toda Europa.
Aquel viaje, coincidente con la festividad de San Ivo, efectuado en mayo de 1992, había sido organizado por nuestro compañero D. Miguel Monserrat Gamiz, y fue su hijo, nuestro compañero Juan Monserrat, quien el pasado verano se dirigió a nosotros para proponernos la organización de un viaje con la Coral, para cantar en Tréguier.
No vamos a entrar en detalles sobre lo complicado de organizar un viaje como este, que, como en la otra ocasión, lo hicimos en autobús, dada la falta de otra conexión eficaz desde Zaragoza.
Y así, en la madrugada del día 29 de junio, y lamentando ausencias fortuitas de última hora, y también la falta de acompañamiento por parte de ningún otro miembro de nuestro Colegio que el propio promotor, nos subíamos al bus para iniciar nuestro viaje, de muchas horas, a nuestro primer destino, que tras breve parada en La Rochelle, y otra en Nantes, fué la bella localidad bretona de Vannes, ciudad donde pernoctamos y que visitamos al dia siguiente por la mañana, y donde efectuamos una comida colectiva en el puerto. Y de ahí nos desplazamos hacia el norte, para visitar Les Enclós Parossieux, curiosos lugares religiosos donde se encuentran grupos escultóricos muy originales con profusión de figuras. Así visitamos Saint Tegonnec, Guimillau y St. Paul Guimillau, aunque la visita resultó un tanto deslucida por la persistente lluvia que nos acompañó toda la tarde.
Así llegamos a nuestro lugar de alojamiento, Lannión, bella ciudad bretona a unos 20 kilomeros de nuestro destino principal, Trèguier.
La jornada estrella fue, naturalmente, el día 1 de julio, sábado, que habíamos concertado con el rector de la Catedral, Abbe Caous, la misa de las diez de la mañana y posterior concierto vocal. Realmente nos vimos sorprendidos e incluso, desbordados por la recepción y asistencia al concierto, tanto por el Alcalde de Treguier quien acudió con dos concejales, como por parte del “Bâtonnier” del Colegio de St.Brieuc, Monsieur Patrik Elghozi quien, antes de empezar la Misa, hizo entrada solemne en la Catedral, al lado del Alcalde y acompañado de otros tres colegas, dos de ellos anteriores Decanos de St. Brieuc, vestidos con togas profesionales y ante los que me presenté como Delegado del Colegio, Presidente de la Coral, y compañero más antiguo, para transmitirles la salutación de nuestro Decano y demás miembros de nuestro Colegio. Hubo lógico intercambio de palabras, y de regalos y por su parte nos hicieron entrega, el Decano, de una pequeña imagen de San Ivo, de cerámica local, y el Alcalde, de una fotografía enmarcada de la Plaza principal de Tréguier, que tal y como le hice patente al “Maire” queda incorporada a las de nuestro Salon Social.
Tras el concierto, muy aplaudido y con grandes muestras de satisfacción por parte de nuestros “confrères”, nos enseñaron la Catedral y su bello claustro, y después nos obsequiaron con un aperitivo, durante el que tuvimos ocasión de departir ampliamente con las autoridades y asistentes y con el que nos despedimos de ellos y, en especial, de nuestro anfitrión, el Abbe Caous, quien nos había dado todas facilidades para la visita y también nos facilitó con toda discreción, el contacto con las autoridades (esto es, el “quién es quién”), que, como responsable del grupo, tuve que asumir con la impagable ayuda de Luisa Gil, sobre todo a la hora de conversar en francés, que, si lo hablo, me venía un poco justo, con tan importantes y variadas gentes. Por cierto, uno de los ex decanos, hablaba un aceptable español pues, según nos contó, había estado una temporada en Salamanca.
Después de comer, (allí hay una buena oferta en cuanto a ostras y otros mariscos se refiere), nos desplazamos a los próximos Jardines de Kerdalo, una belleza paisajística, donde fuimos recibidos por la hija de su creador, un príncipe ruso llamado Peter Wolkonsky, de los que se dice sirvieron de inspiración a Monet y otros pintores para sus obras, y de ahí pasamos a Minihy-Tréguier, localidad de nacimiento de nuestro Santo Patron, aunque nos encontramos con que la Iglesia estaba cerrada, pues no habíamos planeado el viaje.
El domingo dia 2, lo dedicamos plenamente al turismo, desplazándonos a la llamada Costa del Granito Rosa, con una marcha a pie, por el sendero de los Aduaneros, corta pero que hubieran envidiado los colegas del Club de Montaña (no por su esfuerzo, que fue poco, sino por la gran belleza del recorrido entre las rocas rosadas bañadas por el mar). Y tras breve tiempo para comer, nos desplazamos en barco a la Isla de Brehat, en esta Costa Rosa, pero con el valor añadido de profusión de flores: hortensias, agapantos, rosas, geranios y otras muchas flores de cuyo nombre no puedo acordarme; por cierto, algún despistado “casi” pierde el último barco de regreso…
Y el día 3 visitamos Rennes, capital de Bretaña, bella e importante ciudad donde nos hubiera gustado estar más rato, pero nos quedaba el inmisericordemente largo viaje de vuelta, que nos trajo a Zaragoza el dia 4, martes, a las dos de la madrugada, lógicamente muy cansados pero también, evocando las experiencias compartidas y, cómo no, los mariscos, las crépes y la excelente sidra bretona y, en todo caso, muy satisfechos del viaje.