Jornadas de Derecho Penal:
Cine y Derecho “El acusado”
(Ivan Attal, 2021)
José Luis Artero Felipe. Abogado REICAZ. Crítico de cine Bom Radio-Radio 4G.

Como colofón a las Jornadas de Derecho Penal, se proyectó la película francesa “El acusado” dirigida en 2021 por Ivan Attal, quien también firma el guion. El largometraje está basado en una novela de Karine Tuill titulada “Las choses humaines”, que aborda los claroscuros que anidan en todas las personas, con sus luces y sus sombras, precisamente lo que da título al libro: “Las cosas humanas”.

En esta ocasión, además de quien suscribe, para el posterior coloquio contamos con el Excmo. Sr. Don Felipe Zazurca, Fiscal Jefe de la Fiscalía Provincial de Zaragoza.

Desde luego, como se comentó tras su visionado, existen numerosas producciones que abordan el tema de los delitos de violación (vgr. “Acusados” (1988), a la que se dedicó la VI sesión de Cine jurídico, “Perros de paja” (1971), “El manantial de la doncella” (1960), “Elle” (2016)” o “Irreversible” (2002) otra película francesa, en este caso protagonizada por Mónica Bellucci, y que contiene una secuencia durísima y totalmente explícita de agresión sexual de casi diez minutos). Por otra parte, existe un “género” denominado “rape and revenge” (violación y venganza) con algunos largometrajes muy interesantes (“Una joven prometedora” (2020).

La acción de “El acusado” nos presenta a Alexandre Farel (Alex) un joven de 22 años, estudiante brillante, matriculado en la Universidad norteamericana de Stanford donde cursa ingeniería civil. Hijo de padres divorciados, pertenece a la alta sociedad parisina, casi a una especie de nobleza o aristocracia. En efecto, su padre Jean Farel es un prestigioso periodista que va a recibir el título de “Gran Oficial de la Legión de Honor”; su madre, Claire, también relacionada con el mundo de la comunicación, es una conocida activista de los derechos de las mujeres.

Álex conoce a Mila, de 17 años, hija de la actual pareja de su madre, y que ha crecido en el seno de una conservadora familia judía. Esa misma noche, tras una cena familiar, salen juntos a una fiesta y se produce la agresión sexual, a la que sigue inmediatamente una denuncia y, posteriormente, el juicio que abarca una hora de metraje.

Durante el desarrollo de la vista conoceremos numerosos detalles de la vida (en particular, amorosa e íntima), tanto de la víctima como del acusado; como es habitual en este tipo de procedimientos, incurren en contradicciones y omisiones de cuestiones relevantes que pueden incidir en el veredicto final. Entre los testigos de la defensa y la acusación comparecerán un taxista, una antigua novia de Alex, un amigo de la pandilla, los padres del acusado, y una profesora con la que tuvo una tórrida relación amorosa, que incluye algunos episodios de “sexo duro”.

De igual modo resulta particularmente revelador cómo viven la situación los diferentes personajes implicados y la destrucción de la vida de todos ellos, comenzando, por supuesto, por la de Mila.

En cualquier caso, considero que lo mejor de “El acusado” son los extraordinarios alegatos finales o informes de conclusiones, tanto de la abogada de la acusación particular como del Letrado de la defensa. Ambos coinciden en que “la cuestión central, clave es el consentimiento”, de tanta actualidad hoy en día. En un determinado momento de su exposición la abogada de Mila manifiesta que a su agresor “Le daba igual lo que ella pensara”, desde su posición de “macho dominante” y llega a preguntarse: “¿Callarse es consentir?”.

Por el contrario, el defensor de Alex hace hincapié en la posible vulneración de derechos fundamentales como la presunción de inocencia, “hasta tal punto que la defensa queda prohibida” y, por tanto, la garantía de una tutela judicial realmente efectiva. El Letrado reniega del “tribunal mediático” ya que los medios de comunicación y, en particular, las redes sociales han emitido un juicio paralelo, sumario e irrefutable. “La Justicia no necesita guerreros sino jueces imparciales”; el mayor riesgo siempre es condenar a un inocente, concluye.

imagen el acusado

Tanto los ponentes, como el público asistente, destacaron que otro de los grandes aciertos de “El acusado” es que en ningún momento muestra íntegra o expresamente los hechos o la comisión misma del delito; no llegamos nunca a conocer con exactitud qué sucede en realidad dentro de la “caseta de mantenimiento” del parque en la que presuntamente se produce la agresión. Por eso se incide en que se trata de un caso en la “cuerda floja” que nos ofrece una “diferente interpretación de un mismo hecho”, o “dos percepciones de la misma escena”. La película relata los hechos, expone diferentes situaciones y contextos, pero no manipula al espectador a quien propone el incómodo y difícil rol de formarse una opinión siendo un miembro más del Jurado.

Y precisamente por ello, como una novedad, original idea de la Comisión de Formación, tras los referidos alegatos finales, se pausó la proyección. De este modo, a través de una aplicación informática, los numerosos espectadores asistentes pudieron emitir su veredicto como si fueran parte de ese Jurado, antes de conocer el desenlace final de la película que, como es natural no les voy a revelar, pero que desde luego les recomiendo.