Augusto González,
con el corazón entre la música y la abogacía
Texto: Lourdes Funes Cardiel. Fotos: BVocal.

Los integrantes del grupo zaragozano BVocal fueron nombrados Hijos Predilectos de Zaragoza en 2015 y subieron al balcón del Ayuntamiento como Pregoneros en 2019. Una trayectoria de 28 años en la que han actuado en todo el mundo llevando a Zaragoza y Aragón por bandera. Uno de sus fundadores es Augusto González que, además de ser cantante, compositor, arreglista y guionista, es también abogado y estuvo colegiado en el ReICAZ.

Y ¿cómo un joven que siempre ha estado vinculado a la música termina como abogado?

El Derecho y la música han ido dos elementos indispensables en mi vida. La música lo fue hasta los 18 años que termine mis estudios preuniversitarios y la música me ha acompañado desde mi tierna infancia, como suele decirse. Un momento clave para mí fue la entrada en el Colegio Escolanía de Infantes del Pilar donde empecé a recibir formación musical, pero a los 18 tuve que empezar con mis estudios universitarios.

Estudiaba en el colegio Corazonistas y tuve que hacer un hago un test de los que se planteaban que enfoque profesional podías tener según tus aptitudes y el psicólogo lo tuvo claro, puso en grande ABOGADO.

Tenía ya aptitudes…

Yo tenía claro que quería estudiar Derecho porque siempre me había llamado la atención el mundo jurídico, la oratoria, el planteamiento de la contradicción y de la exposición de diferentes posturas, una y otra parte. Siempre me ha gustado, así que comencé a estudiar derecho y lo alterné con los estudiaos musicales que nunca dejé. Soy pianista, hice solfeo, armonía, soy director de coro… Mi formación musical fue paralela a la formación Jurídica.

Y llegó a ejercer…

Cuando terminé mis estudios de Derecho ya había comenzado la andadura con BVocal, era el primer año y sabes que el proyecto va a ser importante pero no teníamos suficientes conciertos como para dedicarnos profesionalmente a ello. Así que cuando terminé se me presentó la posibilidad de cursar el Máster de Práctica Jurídica en el Colegio de Abogados, fueron dos años. En una de esas asignaturas que se cursaban, un abogado, José Ramón García Huici me fichó para su despacho y pasé a formar parte como colaborador en el despacho de abogados García Mateo-García Huici. Ahí estuve cinco años ejerciendo la abogacía.

Era un despacho en el que se trabajaban mucho en todas las disciplinas jurídicas, desde derecho penal, a civil, administrativo, etc. Se trabajaba mucho con compañías de seguro en materia de responsabilidad civil y los clientes siempre que entraban por un siniestro, como se les atendía bien, se quedaban por otros asuntos.

¿Qué pasó para que la música ganara al Derecho?

En los cinco años que estuve ejerciendo la abogacía, el grupo iba siendo más conocido y funcionaba como un reloj, teníamos muchas actuaciones en España y las podía estar compaginando con el despacho. Desde el primer momento, hablé con el grupo y les dije que mientras pudiera, iría alternando las dos cosas y en el momento en el que no se pudiera, pues ya veríamos. Y al final pasó. El grupo tenía bastante agenda, pero no había empezado la faceta internacional hasta que en ese quinto año empezaron a aparecer fechas en Nueva York, en Austria…

Lo cierto es que el titular del despacho, Jesús García Huici era muy melómano y muy fan del grupo, lo que me facilitó compaginar las dos facetas de mi vida. Siempre me decía lo mismo: mientras saques los asuntos adelante, no se te pase ningún plazo, no se complique un asunto y lleves bien la agenda, no me importe que los compagines. Y así fue, nunca se me pasó ningún plazo, todos los asuntos que defendí, creo que los defendí con bastante profesionalidad y perdí pocos, la verdad…

Entonces era un buen abogado…

Siempre me decía Jesús que tenía muy buena cabeza. Se me da muy bien el arte de la oralidad y en la redacción de escritos técnicamente hice cosas bastantes complejas como por ejemplo recursos de casación, a nivel técnico jurídico es lo más complicado que puede haber. Hay que investigar muy bien y ser muy fino con los argumentos jurídicos técnicos que se exponen en el recurso. En cuanto a la redacción jurídica de la exposición de hechos, redacción de demandas, contestaciones a demanda, no se me daba mal.

¿Y el área que más te gustaba?

Te diría que podía ser el área penal, aunque es la más compleja tiene un elemento de responsabilidad añadida porque estas jugando con la libertad de las personas. En el área civil o administrativa o laboral te juegas cosas económicamente, dinero, reconocimiento de derechos, cesión de derechos, pero en el área penal te juegas la libertad. Eso añade un elemento atractivo y de exigencia tanto técnica como de implicación emocional. Me gusta implicarme emocionalmente en todo lo que hago.

¿Es uno de los secretos de que BVocal también haya conseguido ser embajador en todo el mundo?

Hemos conseguido crear un estilo propio, diferente, con un matiz que es muy reconocible. No fue fácil porque fue un producto muy especial que al principio nos costó mucho colocar en la programación de espectáculos. Era incalificable, no había precedentes en España de lo que hacíamos. Había un grupo, el Golden Apple Quarter que lo hemos invitado al Festival de B Vocal en el Teatro Principal, pero era un poco más clásico. Nosotros intentamos romper moldes desde el principio en el sentido formal de la presentación del show. Introdujimos elementos novedosos hasta el momento como somo el beat box, baterías vocales, versiones y temas propios que eran bastantes potentes. Alternábamos el teatro con la música y continuas sorpresas para el espectador.
Tener un producto especial tiene una doble vertiente: es muy bueno cuando contactas con el público y los programadores entienden lo que haces, pero hasta que consigues eso es complicado. Ahora prácticamente nos conocen en todos los circuitos y no hay teatro en España que no hayamos pisado. La gente va a ver a BVocal.

imagen gonzalez 2

Y en Zaragoza, verles durante las Fiestas del Pilar es un clásico en la agenda…

Nuestra presentación en el Pilar es emocionante y cada año, desde 2010, cuando venimos a presentar el premio que nos dieron en Nueva York, hemos tenido una cita en la sala Mozart.

Con el cariño de la gente hemos salido adelante y reconocimientos como el de Hijos predilectos o el honor de ser pregoneros, son un sello imborrable en la carrera de cualquier persona que yo guardo en el cofre de mis experiencias vitales.