Este año, por fin hemos vuelto a poder celebrar la fiesta de nuestro querido patrón, San Ivo, como se merece. Tras unos años en que las restricciones derivadas de la pandemia han supuesto que los actos a los que venimos acostumbrados a celebrar tuvieran que limitarse e incluso, en algunos casos suspenderse, este año hemos retomado nuestras tradiciones con toda la ilusión del mundo.

Y hemos vuelto por todo lo alto, había ganas. Hemos tenido visitas culturales, como el recorrido por la Zaragoza de los Sitios, la Exposición de El Greco en el Museo Goya, cuyas plazas tuvieron que ser ampliadas ante la gran demanda de compañeros que querían asistir, y como no, nuestros habituales torneos.

Por fin hemos podido volver a celebrar los torneos de chinos, guiñote, mus, fútbol, golf, bolos, con mención especial este año para el de futbolín, cuya celebración posterior, según ha tenido conocimiento esta Comisión, se postergó hasta altas horas de la madrugada. Y es que el futbolín es un “deporte” duro y apasionado.

La Eucaristía por nuestros compañeros fallecidos estuvo repleta de emociones y sentidas palabras, siendo un entrañable momento para el recuerdo en la iglesia San Carlos, la misma iglesia en la que posteriormente, el día 26 de mayo, nuestra Aula Vocal San Ivo dio un recital cuyo repertorio embriagó a los asistentes.

Pero no todo va a ser deporte y actos solemnes. Para los amantes del vino que, en un exhaustivo análisis de esta Comisión de fiestas, hemos detectado que somos unos cuantos, en esta profesión, no faltó nuestra ya habitual cata de vinos, con gran éxito de crítica y público y no exenta de celebración posterior, puesto que una vez aprendida la teoría vinícola, es necesario ponerla en práctica y todos los asistentes se aplicaron en la materia.

Como novedad de este año, tuvimos una fantástica cata de jamón, en la que un maestro jamonero vino a explicar el arte del corte a cuchillo de un jamón ibérico, que casualmente meses después fue elegido el mejor jamón de España de 2022.

El 20 de mayo tuvieron lugar las juras de los nuevos colegiados y la entrega de diplomas a los compañeros que cumplían 25 años de colegiación. Sin duda un día emocionante tanto para los nuevos compañeros y sus familias, como para nuestros compañeros homenajeados: día de reencuentros, risas, celebración y emociones. Todos los asistentes coincidieron en lo mismo: qué grande es nuestro colegio y cómo hay que aprovechar los momentos que nos brinda para compartir estos momentos de reencuentro.

Y por fin, el día 27 llegó nuestro día grande de celebraciones, en el que este año tuvimos de nuevo el honor de contar con la Presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, Victoria Ortega, presidiendo el acto junto con nuestro Ilustre Decano, Antonio Morán.

Comenzamos con el acto de entrega de distinciones de nuestros Colegiados de Honor. 50 años en la profesión es algo que muy pocos tienen el honor de celebrar y este año estuvo lleno de nombres ilustres. Entre los homenajeados con ejercicio: Carlos Liván, Carlos Royo, Adolfo Herranz, Juan José Herranz, Juan Francisco Sáez de Buruaga, Miguel Ángel Camarero, mi muy querido Joaquín Gimeno del Busto y nuestro Decano y Presidente del Consejo General de la Abogacía Española, Carlos Carnicer.

El momento más emocionante fue cuando el auditorio, Junta de Gobierno, compañeros y familiares, todos los allí presentes, nos pusimos en pie para ovacionar al Decano Carnicer, Presidente del CGAE, en un claro agradecimiento y reconocimiento, no solo por lo que ha hecho por la Abogacía zaragozana sino por toda la profesión a nivel nacional. El discurso de la Presidenta, sin duda, narró los logros que su labor y trayectoria al frente de las instituciones que ha dejado en nuestra profesión. Un Carlos Carnicer emocionado vivió con alegría el gran reconocimiento que sin duda se merecía.

También entre los colegiados sin ejercicio, destacar la primera mujer de Zaragoza en recibir este reconocimiento, Margarita Pomar, sin duda una pionera para todas las compañeras que formamos parte de este Colegio. Recogió esta distinción junto con los compañeros José Carlos Francia, Carlos Cavero, José Ignacio Villellas, Pablo Calvo e Ignacio Martínez Lasierra.

Este año, recibía la Medalla al Mérito del Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza nuestro queridísimo don Javier Piera Zubeldia, que ha estado más de 20 años ayudándonos a todos los compañeros con nuestras dudas, consultas e incidencias varias, al frente del departamento de informática del Colegio, siempre con la sonrisa y amabilidad que le caracterizan.

Para cerrar el acto, se distinguió con la Cruz de San Ivo a la compañera María Isabel Toral García, Vicedecana de la Junta de Gobierno desde 2014 a 2018. Nuestra Mabel, daba un emocionado discurso de agradecimiento a todas las personas que le han acompañado en su brillante trayectoria y especial dedicación colegial.

A continuación, la planta quinta del Colegio recibía a los compañeros que se quisieron acercar para brindar por nuestro patrón, nuestro Colegio y por la salud de todos los presentes, que por fin volvíamos a poder juntarnos para celebrarlo.

Finalmente, y tras tanta solemnidad, se dio paso a un acto más distendido y que constituyó un brillante colofón a las celebraciones patronales, la comida de Hermandad en el Restaurante El Cachirulo.

Pero como en Las Vegas, lo que pasa en la comida de Hermandad, se queda en la comida de Hermandad. Solo os diré que hubo buena comida, bebida, encuentros, risas, música, baile y mucha, mucha diversión. Así que, si queréis saber lo que pasa, tendréis que venir al año que viene.

¡Os espero a todos en San Ivo 2023!