Cultura

Lidia Marina Romero.

La cultura es uno de los elementos esenciales que nos ayuda en nuestro día a día y que nos ha estado ayudando en los meses de confinamiento que nos ha traído esta pandemia a nivel global.

No sólo la música con sus conciertos en “streaming”, sino también las visitas virtuales a museos de medio mundo nos han permitido viajar sin salir de nuestros hogares; a estas opciones añadimos la literatura que gracias a las bibliotecas nacionales y algunas editoriales se han abierto al gran público con grandes clásicos que nos han dejado una puerta abierta para que pudiésemos leer y seguir evocando tiempos mejores.

En el número de esta revista, hemos entrevistado a dos protagonistas de este sector de la cultura, por un lado al escritor oscense Javier Sánchez Blasco y al director de cine Miguel Ángel Lamata, para que nos cuenten cómo ven este sector en estos tiempos que aún estamos viviendo un tanto enrevesados desde  su propio punto de vista y experiencia personal.

Además, las plataformas digitales han cubierto una amplia parte del entretenimiento con series y películas que seguramente se habrían estrenado para el año 2020. Todo ello aderezado desde las redes sociales por la interpretación de obras clásicas por parte de  actores y actrices, que recitaban poesía, respondían a las preguntas en directo de sus admiradores o incluso contestaban los cuestionarios que les dejaban preparados desde los medios de comunicación.

Javier Sánchez Blasco, escritor

El 15 de marzo no se nos va a olvidar fácilmente, ese día España quedó completamente confinada por el estado de alarma que aprobó el gobierno, y del cual escribimos la historia cada día hasta encontrar una situación mejor en lo que a medidas socio-sanitarias se refiere.

En esos 99 días de confinamiento y posteriormente todos los meses que han venido después, nos hemos encontrado Bibliotecas online, conciertos en Instagram, museos virtuales, descarga gratuita de libros clásicos bajo algunas plataformas, consumo de películas y series de plataformas comerciales.

Así, ha habido un crecimiento del 26%, más televisión, pero sobre todo gracias a Neflix, HBO, y Amazon Prime entre otras, en cuanto a esta clase de incentivos audiovisuales.

Javier Sánchez Blasco, amante de las letras y escritor precoz desde aquellos ya lejanos tiempos de EGB, ahora está de enhorabuena por el reciente galardón el V Concurso de Relatos Cortos organizado por la Asociación de Hipoacúsicos de Huesca en el que estos tiempos que estamos viviendo cobra todo otra dimensión y otro significado.

¿Qué significa personalmente que le hayan otorgado un premio de esta categoría en el marco socio-sanitario que nos ocupa?

Me ha causado una especial emoción, por el hecho de haber sido reconocido por un colectivo cuya realidad apenas conocía. Haber sabido llegarles con mis palabras y con la historia que cuento – la de dos chicos enamorados, uno de ellos con discapacidad auditiva, a través de las canciones de pop y rock españolas más conocidas de los 80 y 90 – me ha supuesto descubrir los retos y el esfuerzo a los que se enfrentan día a día.

¿Cree que esta pandemia nos ha enseñado algo en lo que a acceso a la cultura se refiere…? ¿Qué potenciaría ahora más que nunca?

Yo creo que en esta pandemia la gente se ha acostumbrado a pagar por contenidos culturales en internet, lo cual es muy importante para el sector y los artistas en general, que sienten como su trabajo es reconocido y valorado por los espectadores. Eso ha supuesto para mí una auténtica revolución, en un mundo, el de internet, en el que parecía que antes solo se valoraba lo gratis. Creo que sería interesante facilitar a todos los artistas que lo necesiten la formación y las herramientas necesarias para poder seguir difundiendo su obra de esta forma y de que llegue a cada vez más gente.

¿Cuál cree que sería la reforma más necesaria para dar mayor alcance a la difusión de libros o e-books por parte de los pequeños negocios que ahora más que nunca están sufriendo este lastre?

En mi opinión, el mayor valor con el que cuentan las pequeñas librerías es el de la exquisita selección de las obras que seleccionan para sus clientes. Obras en ocasiones más especiales, tesoros por descubrir, ediciones que no se pueden encontrar en ningún otro sitio… Y eso es algo que yo creo que puede llevarse también al terreno de los e-books. Donde en la mayoría de las veces hay un texto negro sobre blanco sin más adaptado a estos dispositivos, yo creo que sería interesante explorar otras posibilidades que nos brinda la tecnología y ofrecer, en este caso, ediciones electrónicas más cuidadas, con, por ejemplo, archivos de audio integrados con la voz del autor, animaciones, ilustraciones a modo de “pop ups”…

¿Cuál es el mensaje para todos aquellos chavales lectores, jóvenes, mayores y qué durante estos meses han tenido entre las manos una nueva ventana al mundo?

Saber mirar por esa ventana, no abandonar el sentido crítico, el criterio propio. No dejar nunca de formarse, de investigar, de explorar el mundo y todo lo que les rodea. Hay todo un mundo de posibilidades ahí afuera y no despreciar nunca ningún tipo de obra, ya sea libro, película, canción… Todo puede contener un aprendizaje, una enseñanza que nos puede servir en un momento dado. Toda obra es valiosa, porque lleva implícita el esfuerzo y la dedicación de un autor, su visión del mundo y de la vida, su equipaje vital, lo que ha visto, oído y sentido y eso siempre es valioso.

Por último, ¿cuál piensa que es el trampolín ideal más necesario para hacer llegar a la gente escritores que no sé están dando pero que su potencialidad les anima a seguir luchando?

Participar en concurso literarios puede ser una buena forma, pero no es la única, hay que pensar que estás sujeto a los criterios de un jurado determinado y a un nivel de exigencia que no siempre vas a poder satisfacer. El mejor trampolín es creer en uno mismo, en lo que se hace, trabajar mucho, no tener miedo a las críticas ni al “no”, perseverar, corregir y revisar continuamente las obras que realizamos y pensar que estamos disfrutando de una pasión verdadera, olvidándonos de la fama, el dinero o los premios. Escribir debe vivirse como una vocación verdadera, como una forma de vida, hacerlo continuamente, desde que abrimos los ojos por la mañana hasta que nos acostamos por la noche podemos vivir e inventar miles de historias para llevar después al papel.

Miguel Ángel Lamata, director de cine

Miguel Ángel Lamata uno de nuestros más queridos directores de cine, televisión y teatro, y guionista más importante de nuestra tierra, trabajador empedernido que difunde y propaga sus raíces allá por donde va, querido en su tierra y orgulloso de llevar el nombre de Aragón.

Nos regala esta entrevista que nos acerca hasta qué punto nos ha afectado el Covid-19 en el día a día y como se va a tener que llegar a una convivencia más a largo que a corto plazo.

¿Cómo se plantea el futuro en esta industria cultural con esta nueva realidad que nos está tocando vivir?

Creo que no hay que tener miedo, aunque haya razones para ello. Todos vamos a seguir necesitando que nos cuenten historias, en la forma que sea: cine, teatro, literatura, cómics, música, pintura… eso no va a acabar. Sucede desde la Prehistoria. así que hay que seguir, contra viento y marea, sabiendo que el Covid se terminará controlando. Puede que sea un planteamiento demasiado idealista, pero es el que tengo. Aunque, gracias a dios, no sólo es el mío.

A la hora de interpretar y dirigir, han de seguirse ciertos protocolos, pero a veces la distancia a veces es necesaria… ¿Cómo se puede lidiar en el día a día con algo así? ¿Se puede conseguir con el cuidado y las recomendaciones que no están exigiendo?

Se está consiguiendo: se siguen rodando películas y se siguen estrenando obras de teatro. La gente sigue yendo al cine; menos, de momento. Pero volverá a ir en masa cuando el Covid se controle. Cierto es que, de vez en cuando, Tom Cruise se ve en la obligación de echar una bronquita, para recordar que los protocolos deben cumplirse…

¿Deberían incentivarse más las ayudas a este sector, tal y como sucede con otros países europeos, como Francia, para promover más las realizaciones y las producciones dentro del país?

En Francia y Alemania las ayudas al cine son inmensamente superiores a las españolas porque, al igual que estados unidos, india o muchos otros países, allí han entendido que el cine es la forma más directa, barata y efectiva de promover la riqueza de un país y generar más aún. Desgraciadamente, hay políticos que no tienen ni la iniciativa ni la visión de futuro para entender esto, que, para mí, es más que obvio.

La cultura es ha sido la gran protagonista en esta pandemia, ya sea por el crecimiento exponencial de las plataformas digitales, las visitas virtuales de museos, libros digitales que nos han ofrecido desde las áreas culturales nacionales…
¿Deberíamos aprovechar este momento para reivindicar y manifestar lo necesaria que se hace esta industria en el país?

Cualquier momento es bueno para ello, pero éste lo es especialmente. Insisto en que el Covid no ha frenado el consumo cultural. Al revés, este maldito virus ha hecho aún más patente lo necesaria que es la industria cultural, de ocio y entretenimiento. Ello forma parte de nuestro ADN, de nuestra humanidad: nos enriquece a todos los niveles y nos hace mejores.

Ya para terminar, ¿cuál crees tú que es la reforma más necesaria que urge a todos los niveles en el área de la cultura?

Voy a responder otra vez con total idealismo: la reforma más necesaria es que los que mandan entiendan de verdad que la cultura no es «un bien menor», por así decirlo. aparte de ser uno de los estandartes más significativos de nuestro ADN como pueblo, es el mejor heraldo de todo lo nuestro. Y vuelvo a insistir: una fuente inmensa de riqueza. pero no hablo sólo de riqueza de espíritu, sino también económica. subrayo esto último porque, muchas veces, es lo único que importa. lo que es una pena…