A modo de despedida.

Al igual que ese viaje, esa carrera de fondo, las distintas etapas de la revista colegial también tienen un inicio y un final. Estar demasiado tiempo en un puesto asumiendo responsabilidades institucionales, aunque sean mínimas, termina acomodando los procesos de progresión y crecimiento. Esta revista debe seguir creciendo y renovándose. Se debe iniciar una nueva etapa que seguro será mejor. Aunque siempre estaremos a disposición de cualquier colaboración que se solicite por quienes nos sucedan en la gestión de esta publicación colegial, esperamos haber conseguido a lo largo de este periodo, tanto informar de la vida colegial, como formar respecto de algunos temas técnico-jurídicos, o, simplemente, haber entretenido.

Esta etapa que ahora termina se inició con una sugerencia directa –quizás lo asumíamos como un encargo en un exceso de responsabilidad personal– de nuestro Decano, Antonio Morán al entrar como miembros de la Junta de Gobierno del Reicaz. Quizás se nos estaba presentando una de esas ocasiones que te ofrece la vida de hacer algo que siempre has deseado que rompiera la rutina profesional diaria. No podíamos dejar pasar el tren de investigar –a estas alturas, casi amar– el mundo de las publicaciones y esa faceta periodística de contar cosas con mayor eco que el que ofrece una conversación entre amigos o entre compañeros por los pasillos de los juzgados.

Gracias Decano por sugerirnos el relanzar de nuevo el boletín o revista colegial, tras unos años de parada.

Y sin otras herramientas que nuestra ilusión e ignorancia periodísticas –siempre se dijo que la ignorancia era muy atrevida–, en enero de 2015 nos lanzamos a nuestra particular carrera como reporteras y periodistas noveles.

Han sido muchos los retos que se nos han ido planteando. Así publicándose en junio de 2015 el primer número en formato papel, nos tuvimos que adaptar a las nuevas tecnologías. Por lo que tras ocho números en este formato tradicional, en enero de 2017, se decidió pasar al formato digital, que además de reducir considerablemente el coste de la publicación –que incluía el envío postal a los despachos de nuestros colegiados– contaba con la ventaja adicional de posibilitar el acceso libre a través de la página web del colegio, y no solo a los compañeros, sino también a cualquier ciudadano. La revista, sin duda, contribuía a visualizar por la sociedad la labor de los profesionales de la abogacía.

Todos los números publicados han incluido varias secciones, comenzando siempre por el habitual saludo de nuestro Decano, Antonio Moran, en que nos trasladaba sus reflexiones sobre temas profesionales y sociales candentes en cada momento. Gracias Antonio.

A continuación se incluían las entrevistas a personajes ilustres y públicos de nuestra ciudad, que de alguna y otra forma mantienen especial vinculación con nuestra profesión. Gracias a todos ellos.